Algunas ideas un tanto inconexas sobre la educación en casa.
Por qué educar en casa (entre otras razones)
Porque el mundo está un poco desquiciado últimamente (tal vez siempre lo ha estado) y sí, quiero proteger a mis hijos de eso un poco, separarlos un poco de ese sistema irracional. Pero no para aislarlos por completo, sí que formen parte del mundo pero también que tengan la opción de elegir en qué medida forman parte del sistema, que aprendan a verlo desde afuera cuando es necesario.
Eso para mí es en pocas palabra lo que significa ser racional o crítico: tener la capacidad de dar un paso atrás y ver el problema desde afuera, no únicamente desde tu perspectiva sesgada, lineal, monocromática, en donde los árboles no te dejan ver el bosque.
¿Por qué educación clásica?
28/08/24
1. Porque es una educación que puede ir más allá del momento presente. La educación actual parece que tiene como máximo ideal estar adaptada al presente, pero se olvida por completo que el presente sólo es un instante.
“[because it] not only trains young men to compete in a ruthless world, but compels them to look beyond the present and the palpable when charting their ambitions, and challenges them to lay down their lives in the service of a self transcending ideal.”
David V Hicks, Norms and Nobility
2. Paradójicamente, la educación “moderna” con todas sus luces y campanas y su discurso de que van a preparar a los niños para el futuro, enseñándoles chino, programación, I. A., problemáticas sociales, etc., no estoy tan seguro de que realmente lo hagan. ¿Por qué? Por que la realidad es que no sabemos con ninguna certeza si todas esas cosas en verdad van a tener el impacto que se anuncia, o dentro de 20 años se recordarán como modas pasajeras. Lo que sí sabemos es que el mundo está cambiando, quizá a un paso más acelerado que nunca; y no sólo es la tecnología, la sociedad y la cultura también. En cierto modo es un aferrarse al pasado cuando el futuro está más cerca que nunca. Pero justamente lo que nos da la educación clásica es algo a qué aferrarse cuando todo lo demás es incierto, porque se apoya precisamente es aquello que no ha cambiado, hace las preguntas que la humanidad siempre ha hecho y te demuestra que las respuestas, aunque se hayan adaptado, en su esencia no han cambiado tanto; porque te enseña sobre la esencia humana.
3. Para romper el canon y que esa ruptura llegue a ser algo propositivo, no una ruptura vacía, hay que conocer, dominar y realmente apropiar ese canon primero. Cuando somos jóvenes es muy común, y es bueno, pasar por una etapa en que lo único que queremos es romper reglas y formar nuestra propia identidad, así pasa cuando empezamos a adquirir un gusto propio en las obras culturales que hablan de nuestra contemporaneidad y no queremos saber nada del canon, de esos viejos empolvados que no nos dicen nada sobre nuestra realidad. Pero muchas veces decimos eso por el puro afán, realmente no sabemos nada de lo que dicen o no dicen esas obras, sólo nos dejamos llevar por la corriente y lo que otros han opinado sobre ellas. Para que esa ruptura sea sincera, constructiva y realmente lleve a algo nuevo y no sólo a desconocer y olvidar lo que autores anteriores han dicho, es necesario estudiarlos primero y no hacer críticas desde la ignorancia.
Socialización y resolución de conflictos
20/04/24
Otra de las objeciones frecuentes es que la escuela te enseña a socializar y resolver conflictos.
La escuela es un ambiente totalmente artificial en donde convivimos con el mismo grupo de personas, todas de nuestra misma edad, por 6 o 7 horas al día, todos enfocados en la misma actividad, con horarios predeterminados para cambiar de actividad, o para salir a jugar, comer, etc. Ningún otro contexto de la vida adulta se parece a eso. ¿No sería mejor aprender a socializar en contextos diversos, en convivencia con personas de todas las edades, en donde cada uno tiene su propia agenda, contexto y trasfondo? Por ejemplo, cuando platicamos con el plomero que viene a nuestra casa a arreglar un problema de tuberías, no estamos platicando desde un contexto común, unificado o controlado, muy probablemente esa persona tenga un contexto y educación muy diferente a la nuestra, tiene sus propios objetivos, expectativas y razones; cuando surja un conflicto (quizá el arreglo no fue a la entera satisfacción del cliente, quizá había un problema mayor de lo que inicialmente se pensó) habrá que encontrar un lenguaje común y las herramientas para resolver el conflicto de manera pacífica y mutuamente benéfica en un contexto en donde no hay supervisión o moderación, esto último es lo que la escuela nunca te enseña, sólo se espera que una vez terminada la escuela los jóvenes sepan cómo.
En la educación en casa los niños y jóvenes, obviamente en la medida de lo que su edad les permita, pueden observar, acompañar y hasta participar en interacciones de la vida cotidiana con sus papás y poco a poco aprender cómo funciona la interacción social en la realidad. Esto se facilita mucho por el hecho de los niños educados en casa no están atados a la escuela la mitad del día, cinco días a la semana y pueden acompañar a sus padres a estas actividades en cualquier momento que se ofrezca y la situación se preste.
Al mismo tiempo los niños tienen oportunidad de tener otro tipo de actividades extracurriculares que sean más diversas, más enfocadas a sus intereses, donde convivan, sí, en un ambiente controlado, pero de una mayor diversidad de edades, de trasfondos. Por decir, una actividad deportiva en equipo, una clase de arte, etc. Este tipo de actividades además ofrecen una gran posibilidad de que una cosa lleve a otra y escale cada vez más. No es que la escuela impida por completo estas actividades, pero sí obstaculiza de darles el enfoque que tal vez merezcan si el niño o niña muestra aptitud e interés.
¿Resolución de conflictos? ¿Es una experiencia necesaria que los niños aprendan a enfrentarse con bullys? Bueno, aquí puedo hablar de mi experiencia personal, yo aprendí muy chiquito que la mejor manera de evitar el bullying es agachar la cabeza y no llamar la atención porque cualquier cosa que digas y hagas puede y será usada en tu contra. Cualquier interés personal u opinión que yo expresara podía ser objeto de burla. Toda mi vida me han dicho que soy callado y tímido, y aunque tal vez más tarde en la vida aprendí a no ser tan así, y cuando me apasiono por un tema no necesariamente me quedo callado, creo que durante muchos años fui alguien que evitaba a toda costa expresarse por ese temor; no era sólo el hacerlo público, sino que en todos los aspectos de la vida eso me impidió desarrollar intereses a profundidad por el miedo a equivocarme y tampoco es sólo hablar de intereses específicos sino también de la expresión de la propia identidad. No creo que esa experiencia sea algo que le hace falta a un niño o niña, creo que les beneficia mucho más estar en ambiente seguro donde pueden expresar su identidad sin ningún tipo de miedo.
Libertad para enfocarse
15/04/24
Una de las objeciones más frecuentes es aquella de que no van a aprender todo lo que tienen que aprender. Para empezar ¿quién dicta qué tienen que aprender y qué no? A lo largo del tiempo que pasamos en la escuela nos inundan de información en docenas de materias diferentes, raras veces realmente se establece alguna conexión entre una y otra.
Cuando un niño o adolescente pregunta “¿Por qué tengo que aprender esto?”, casi siempre la respuesta es “porque tienes que saberlo y va a venir en el examen”. Pero ¿qué tanto realmente de esa información la aprovechamos en la vida después de la escuela? Una justificación para esto es que no se trata específicamente de la información estudiada, sino de las habilidades de estudio y estructura que adquirimos en el proceso, ¿por qué, entonces, no sería mejor adquirir esos hábitos de estudio y estructura enfocándonos en materias que nos gustan y nos entusiasman? Aprendemos mucho mejor cuando estudiamos algo que nos entusiasma y nos inspira a indagar cada vez más, en lugar de algo que se nos receta como obligación. Con la posibilidad también de que un tema nos lleve a otro y a otro. Todo se puede aprender a partir de cualquier cualquier cosa, y cualquier cosa se puede aprender a partir de todo.
Además, la posibilidad de enfocarse desde temprana edad en sus propios intereses es muy importante. En la escuela los niños no tienen la facultad para dirigir sus propios estudios, prácticamente, sino hasta bien entrada la preparatoria, donde ya pueden, dependiendo del sistema escolar que lleven, elegir un tronco de especialidad, o algunas materias optativas. En lugar de eso los niños educados en casa tienen la posibilidad de explorar libremente sus intereses desde mucho antes. Un niño que va a la escuela no tiene ningún poder para elegir en qué se enfoca hasta el final de su educación, simplemente tiene que —TIENE QUE— estudiar las materias que el plan educativo dicte, tiene que cumplir con las tareas, en el formato y contenido que le dicte su profesor. Tampoco tiene facultad para elegir si prefiere trabajar de manera más quinestésica, visual o lingüística, etc. Incluso si sus papás tienen los medios y la disposición para procurarle actividades extracurriculares, que no siempre es el caso, el 90% de su energía mental está enfocada en la escuela, que tampoco les deja suficiente tiempo libre después de tareas y demás.
Esto es especialmente importante dado que la tendencia global es a que las profesiones sean cada vez más especializadas, entonces los niños educados en casa pueden tener una ventaja de varios años de exploración, prueba y error y profundización para encontrar su vocación, incluso si no estamos hablando de una carrera universitaria como tal.